A Santiago y
a Quilpué se fueron, respectivamente, el Premio de Honor y el Premio del
Litoral, otorgados en la versión número 36 del Concurso Nacional de Arte Joven,
organizado por la Universidad de Valparaíso.
El jurado, integrado por Rodrigo
Coll, Marko Molina y Samuel Toro, otorgó el Premio de Honor Universidad de Valparaíso,
consistente en cuatro millones de pesos, a la santiaguina Paula Belmar
Morbelli, por su pintura “Duerme profundo”, mientras que el segundo premio,
denominado Del Litoral, consistente en tres millones de pesos y aportado por el
Banco de Chile, fue para Alberto Riveros Luco, por su escultura “Nudo ciego”.
La ceremonia
de premiación e inauguración de la muestra de obras seleccionadas y premiadas,
tuvo lugar este lunes en el Centro de Extensión UV.
La muestra estará abierta
al público hasta el viernes 19 de diciembre en la sala El Farol, ubicada en
Blanco 1113. El público puede visitarla de lunes a viernes, de 11:00 a 19:00
horas, con entrada liberada.
LOS GANADORES
“La verdad fue una sorpresa, completamente una
sorpresa. Cuando me llamaron no podía estar más contenta”, señaló Paula Belmar,
añadiendo que piensa usar la mayor parte del premio “para seguir estudiando
arte, o haciendo cursos, materiales, porque yo creo que para eso es el premio”.
La artista
de 33 años es nutricionista de profesión, “pero siempre he pintado, desde muy
chica, y ahora estos últimos tres años ya decidí empezar a dedicarle mucho más
tiempo a la pintura en general, a hacer clases”. Por ello, dijo, este
reconocimiento es un espaldarazo a su carrera: “Yo encuentro que este premio es
excelente; el fomento de las artes visuales emergentes en Chile es muy poco, y
hay mucho artista visual joven muy bueno, muy capaz, y lamentablemente es
difícil optar a estar en galerías, en el fondo vivir de esto es prácticamente
imposible. Entonces estos premios fomentan el desarrollo cultural, y eso es un
espaldarazo a todos los artistas emergentes para que puedan seguir con lo que
les gusta”.
Por su parte
Alberto Riveros, de 28 años, afirmó que no esperaba ganar: “Cuando me llamaron
fue una sorpresa muy grande. Así que muy contento con el premio y todo. Yo
tengo mi taller en Quilpué, soy de Quilpué, y pienso agrandarlo, implementarlo
con más herramientas y todo ese asunto, para seguir haciendo más esculturas y
que esto crezca”.
Explicó el
artista que trabaja mayormente con madera. “En todas partes donde veo y
encuentro, como que recupero todo. En particular esta escultura es de un árbol
urbano que me pasó la Municipalidad de Quilpué, en tiempo de poda, y lo
recuperé. Es algo bien especial: es madera que me llegó y yo dije ‘voy a
trabajarla’, y acá estamos”.
ESPACIO DE LIBERTAD
La ceremonia fue encabezada por el rector Aldo
Valle; el presidente de la Junta Directiva, Gerardo Donoso; el secretario
general, Osvaldo Corrales; el director de Extensión y Comunicaciones, David
Carrillo; el curador del concurso, Rafael Molina; el decano de Medicina,
Antonio Orellana, y el director del Museo Baburizza, Rafael Torres. Por parte
del Banco de Chile, estuvo presente Rafael Astorga, ejecutivo de cuentas de la
División Grandes Empresas.
Al hacer uso
de la palabra, el rector Aldo Valle agradeció la participación de todos, y
destacó que el Concurso de Arte Joven es un espacio para la expresión del
talento y la creatividad, un espacio de libertad desde el cual se contribuye al
bien común.
“Arte joven
es precisamente una invitación a que las personas que cultivan talentos
artísticos, como la pintura, la escultura y otros, puedan tener en este
concurso una oportunidad, un espacio para expresar: no poner a prueba, sino que
expresar ese talento, que es siempre a su vez una manifestación de la vida
interior, una manifestación de la subjetividad”, dijo el rector, añadiendo que
“es muy importante que una universidad pública haga este esfuerzo, como lo ha
hecho la Universidad de Valparaíso ya por 36 años”.
Asimismo,
Valle subrayó que la UV hace este concurso “como parte de nuestra misión
fundamental, constitutiva: contribuir a la expresión del arte, de la cultura.
Es un deber de una universidad, de una institución de educación superior. Una
universidad es precisamente un refugio, un lugar para el pensamiento, para la
ciencia, para la imaginación, para el arte desde luego. De modo que siempre lo
hacemos con ese sentido, con ese significado: contribuir a que la cultura y el
arte puedan darse a conocer, porque en nuestro país tenemos pocas iniciativas
como ésta”.
MENCIONES HONROSAS
El jurado
otorgó quince menciones honrosas, consistentes en diplomas para grabado,
pintura, técnica mixta, tridimensional, gráfica, fotografía y escultura.
Los ganadores y sus obras de menciones fueron los
siguientes: Mattias Espinoza, “Chiloé”, grabado; Pablo Abadía, “A la deriva
314”, pintura; Christel Vega, “Poema XX”, pintura; Tully Meehan, “Out of blue”,
técnica mixta; Carmen Carreño, “Secuencia n°1”, pintura; Álvaro Miranda,
“Movimiento del blanco”, tridimensional; Pedro Fuentealba, “Cerrado por
vacaciones”, gráfica; Felipe Rojas, “La paradoja de San Gregorio”, fotografía;
Waldo Ibaceta, “Tiempo en espacio/crecimiento”, gráfica; Nora Unda, “Extracto
de lo incompleto”, tridimensional; Martín Riveros, “Canto de atardecer”,
pintura; Gaspar Álvarez, “Palmeras salvajes”, pintura; Felipe Rojas, “Una parte
es al paisaje y este es el todo”, tridimensional; Daniela Lillo, “Con/sin el
velo de la abuela”, fotografía, y Said Rumié, “Entre piernas”, escultura.